Género: Cuento
Autor: Juan Antonio Arizcun
El relato está dividido en ocho
capítulos, uniformes y de corta extensión. Hay
una total identificación entre contenido y título.
La zona donde se desarrolla la acción está ubicada
en un país frío, de baja densidad de población
y mal comunicado.
El misterio y el enigma son elementos constitutivos del libro.
El tema del cuento es el triunfo del Bien sobre el mal. Hay
otros temas también destacables, aunque íntimamente
conectados: la incomprensión humana, la maldad, la
ingenuidad, la venganza, la traición, la manipulación
volitiva…
Respecto al estilo: posee un vocabulario
claro, preciso y denotativo, junto a una prosa eficaz en incisiva,
presentando unos sucesos bien ordenados.
Tiene el relato un acertado detallismo descriptivo y una marcada
economía verbal. El lenguaje es vivo y directo, fluido
y dinámico, logrando agilidad y celeridad narrativas.
No existen digresiones ni retrocesos temporales; el relato
es lineal. Nos sumerge en un presente absoluto. El tiempo
está muy concentrado: cuatro o cinco días. Además,
las acciones son rápidas e intensas, porque a ello
obliga la brevedad.
Sin retrocesos ni anticipaciones temporales el relato va siempre
hacia delante.
Destacable es también el decoro
poético, pues existe una precisa adecuación
entre los personajes y sus formas de expresión.
Los personajes, que están muy estilizados y esquematizados,
están diseñados con un solo trazo -linealmente-,
no alteran su comportamiento a lo largo de la narración.
El autor los retrata al principio de su aparición,
y esa imagen-tipo se mantiene.
El ambiente que nos presenta es variado, tanto en su flora
como en su fauna, en su relieve con su clima.
El narrador es omnisciente. Utiliza
la tercera persona narrativa para dar objetividad a su historia.
Destaca una armoniosa conjunción entre realidad real
y fantasía, dando lugar a una realidad distinta: la
literariedad.
Utiliza la técnica narrativa de presentar ocultando.
Este cuento tiene el suficiente interés y fuerza emocional
que se recuerda de golpe. Es unitario y compacto. Aquí
reside su dificultad para escribirlo.
La exposición, el nudo y el desenlace están
tan apretados que casi son uno solo. Su fuerza emana en que
desde las primeras líneas atrae la atención
del lector.
Hay elementos tomados de la fábula: personificación
de los animales, atribuyéndoles cualidades humanas.
Es por ello por lo que se desprende una moraleja o enseñanza
moral: la persuasión contra la violencia y la maldad
es un arma eficaz.
Un aspecto llamativo es la incorporación del cuento
en el cuento –págs. 34-39– donde, Linnot,
narra un breve suceso. Después el narrador prosigue
el relato.